Una calculadora básica es un aparato electrónico que ayuda a realizar tareas en cuanto a cálculo se refiere con operaciones habituales como son la suma, resta, multiplicación y división. Además, suelen incluir comandos para calcular porcentajes junto con algunos botones de memoria.
Entre las funciones que puede llevar a cabo una calculadora de bolsillo se encuentran operaciones básicas como complejas. Esta herramienta se utiliza comúnmente en procedimientos matemáticos o físicos y son de gran utilidad en las disciplinas asociadas a la ciencia o al ámbito académico. Actualmente las calculadoras que existen en el mercado se mantienen en constante competencia con otras opciones como son las aplicaciones móviles o las herramientas web.
Como en cualquier aparato electrónico de cálculo, las calculadoras de bolsillo cuentan con un dispositivo de entrada y uno de salida que son el teclado y la pantalla, además tienen un codificador y descodificador para procesar toda la información. El teclado está compuesto por un conjunto de teclas cuyo número varía con relación al modelo de calculadora y, en cada una de las teclas y sobre ellas, están expresados determinados símbolos que indican la función que tienen. Para poder trabajar con las funciones secundarias, en general, hay que presionar previamente una tecla, como shift entre otras, para que se accione.
Por otro lado, la pantalla presenta un conjunto de celdas constituidas a su vez por siete segmentos cada una donde se reflejan los diferentes dígitos y elementos. Los modelos más avanzados ya disponen de pantallas LCD que ofrecen una mejora en la visualización.
Ventajas de usar calculadoras
Los estudiantes deben desarrollar sus habilidades matemáticas y de ninguna forma la calculadora debe sustituir este proceso si no que debe convertirse en un accesorio para solucionar algunas operaciones complementarias largas y de gran dificultad.
Entre las ventajas del uso de calculadoras está el ahorro de tiempo que evita gastar minutos resolviendo largas y tediosas operaciones. Por otro lado, los errores no son percibidos por el estudiante como una reprobación o crítica ya que él mismo corrige los ejercicios llevando a cabo así una autocorreción y autoeprendizaje. Una solución perfecta para poder potenciar la capacidad de autocrítica y de gestión de los problemas de los alumnos y alumnas.
Finalmente, el uso de las calculadoras de bolsillo también pueden llegar a contribuir a motivar a los y las estudiantes ya que dejan de usar el lápiz y papel para llevar a cabo operaciones complejas y se ayudan de este tipo de elementos permitiendo sacar el lado más divertido de las matemáticas.
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